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La abeja buitre, una abeja carnívora

La abeja buitre o abeja carroñera, como también es conocida, forma parte de un grupo de tres especies concretas de abejas que no se alimentan de néctar ni polen. Gracias al nombre con el que han sido bautizadas podemos imaginar cuál será su alimentación. Al igual que hacen los buitres o las hienas, las abejas buitre se alimentan de carroña.

 

Resulta tranquilizador saber que estas especies tan interesantes sólo habitan en zonas tropicales, por lo que no podremos encontrarlas en la Península Ibérica. Sólo están presentes en los países de América del Sur.

 

Características de la abeja carroñera

Dentro de las abejas buitre encontramos únicamente tres especies pertenecientes al género Trigona: T. crassipes, T. necriphaga y T. hipogea. Aunque dentro del género Trigona existen más de 150 especies, sólo estas tres son las denominadas abejas buitre. De hecho, son las únicas especies de abejas que no son herbívoras, ya que se alimentan de carne en descomposición.

 

Estas abejas mantienen un gran parecido a las demás especies, como la Apis mellifera. Estéticamente bien podrían pasar por una, aunque estas especies del género Trigona tienden a ser de una coloración más oscura. Una de las principales características de la abeja buitre es que no tiene aguijón o, más propiamente dicho, lo tiene atrofiado. Esta condición es común a todos los géneros que forman parte de la tribu Meliponini, como es el caso de las Trigona.

 

En cambio, cuentan con unos dientes afilados que les permiten desmenuzar la carne y separarla del hueso de los animales que les sirven de alimento. La abeja buitre también cuenta con una microbiota específica para poder digerir y mantenerse protegida de las bacterias que conviven en la carroña de la que se alimenta.

 

Estudio sobre la abeja buitre

Este es el punto que mayor interés ha despertado en estas especies. De hecho, su descubrimiento se produjo en el año 1982, relativamente hace muy poco tiempo. Máxime si tenemos en cuenta que las abejas fueron descritas y clasificadas por primera vez dos siglos antes.

 

La evolución de la abeja buitre la ha llevado a dejar de alimentarse del néctar y polen de las plantas, lo que no significa que no lo recolecte. Empezando por el principio, los investigadores descubrieron que las bacterias intestinales o microbiota de estas abejas eran más propias de las hienas o los buitres que de la familia Apidae.

 

Para realizar dicho estudio, los entomólogos colocaron 16 estaciones con 50 gramos de pollo crudo colgado de una rama a una altura de 1,5 metros. Se llegaron a capturar y analizar hasta 159 tipos de abeja, entre carnívoras y herbívoras. Una vez extraído el ADN del abdomen, los científicos pudieron comprobar que las abejas buitre habían perdido algunos de los microbios centrales de la mayoría de abejas y habían desarrollado un intestino más ácido. Algunas de las bacterias encontradas en las abejas buitre son Lactobacillus y Carnobacterium.

 

Alimentación de la abeja buitre

Cuando una abeja buitre detecta una fuente de alimentación o, lo que es lo mismo, un cuerpo en descomposición, libera una feromona que permite a los demás miembros de la colonia localizar con exactitud su ubicación.

 

La abeja buitre tiene cestas en sus patas en las que almacenar el polen; sin embargo, estas especies las destinan para guardar la carne que recolectan. Para obtener la carne, las abejas buitre acceden, al igual que hacen los gusanos, a través de los ojos de los animales muertos gracias a sus afilados dientes. Una vez que ha accedido a la carne, la abeja carroñera expele saliva sobre la carroña y la engulle, almacenándola en su buche. Cuando la abeja carroñera regresa a su colmena, regurgita la carroña para que pueda ser procesada por las abejas nodrizas que nuevamente secreta las proteínas resultantes como una sustancia parecida a la miel.

 

Las abejas buitre operculan la carroña dentro de los panales durante dos semanas, de forma separada a las reservas de miel. Esa misma carroña será con la que las abejas nodrizas alimenten a sus crías.

 

La miel de la abeja buitre

Este es otro de los grandes puntos de interés de la investigación llevada a cabo. La gran pregunta acerca de si la miel de la abeja buitre es comestible o si su sabor es realmente dulce. Si nos detenemos a pensarlo, nos damos cuenta que estamos hablando de miel de carne, ya que, al final, ese es el alimento principal de estas abejas.

 

Hay especies de abejas que se alimentan tanto de carne como de polen, pero existen otras especies, como las comentadas (Trigona), que lo hacen exclusivamente de carne. Pues incluso así, según afirman los científicos, se trata de una miel dulce y que puede ser consumida por los humanos.

 

No obstante, lo cierto es que la producción de este tipo de miel es tan limitada que no hay ningún interés apícola en su producción. No sólo eso, sino que tampoco parece que tenga muy buena acogida una miel elaborada a partir de carne en descomposición.

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