planta del garbanzo

Planta de garbanzo o Cicer arienitum

Cicer arienitum, o planta de garbanzo como es más conocida, es una especie de leguminosa con presencia en todos los continentes. De hecho, se han descrito más de 40 especies de planta de garbanzo en todo el mundo.


El origen de la planta de garbanzo es bastante discutido. Se tiene la certeza de que éste podría situarse en el Mar Mediterráneo, desde donde fue expandiéndose. Concretamente, podría haber sido inicialmente cultivado en la zona suroeste de Turquía.


Características de la planta de garbanzo

Esta planta de tipo herbácea puede llegar a medir unos 60 cm de altura. Posee un tipo de reproducción autógama, es decir, se produce la fusión de los gametos femeninos y masculinos producidos por la misma planta. En estos casos, la polinización no es suficiente por sí sola para lograr la fecundación. La planta de garbanzo, como muchas otras especies que cuentan con el mismo sistema de reproducción, no posee apenas néctar ni polen. Por este motivo no está reconocida como planta melífera.


A pesar de eso, esta especie posee unas pequeñas flores blancas o violetas que suelen pasar desapercibidas para los polinizadores. En el interior de estas se desarrolla una vaina que contiene de dos a tres semillas. Por otro lado, cuenta con unas raíces capaces de profundizar de manera considerable. Gracias a lo cual es una planta que se adapta perfectamente a suelos de tipo árido o seco.


La forma de su fruto, redondeado y aplastado por los laterales con un pequeño pico formado por el relieve de la raicilla, ha propiciado su comparación con la cabeza de un carnero. Este hecho no es cuestión de imaginación de unos pocos, sino que su nombre en griego “κριός” significa “carnero” y “garbanzo”. Pero, por si fuera poco, su nombre científico, Cicer arienitum, proviene de la palabra latina “aries” que quiere decir precisamente “carnero”.


Cultivo de Cicer arienitum

Por sus características, la planta de garbanzo resiste muy bien a los periodos de sequía. Suele germinar cuando la temperatura alcanza los 10ºC aunque su rango óptimo es de 25 a 35ºC. Tarda alrededor de 10 a 15 días en germinar.

En toda la zona mediterránea, la siembra se suele llevar a cabo en primavera. Para lograr un buen equilibrio de eficiencia no debemos sobrepasar nunca las 30 plantas por metro cuadrado.


El suelo debe contar con un buen sistema de drenaje, ya que no tolera el encharcamiento. El pH ideal del suelo debe situarse entre 6 y 9.


Para su correcto desarrollo, al igual que ocurre con todas las plantas, éstas también necesitan encontrar en el suelo una serie de nutrientes. De todos ellos, los principales son el nitrógeno (N), el fósforo (F) y el potasio (K); siendo el primero de ellos probablemente el más importante. Pues bien, al igual que la retama y la alfalfa, la planta de garbanzo también es fijadora del nitrógeno. Son capaces de producir y proporcionar nitrógeno al suelo, en una especie de relación de retroalimentación. Esto lo consiguen gracias a unas bacterias llamadas rizobios o Rhizobium leguminosarum, científicamente hablando. Estos rizobios que se originan en nódulos en las raíces de la planta absorben el nitrógeno de la atmósfera y lo trasladan al suelo en el que habitan. Esta cualidad hace que sea muy empleada para contribuir al mejor desarrollo de otros cultivos, como ocurre con la relación “leguminosas – gramíneas”.


Tipos de planta de garbanzo

garbanzo

Como decíamos al principio, existen más de 40 especies de planta de garbanzo descritas, aunque las más conocidas son:

 

  • Tipo Desi: garbanzo de pequeño tamaño, forma angular y una coloración amarilla o negra. Esta variedad es propia de la India.
  • Tipo Gulabi: este garbanzo de tamaño pequeño a mediano, posee una forma lisa y redondeada con un color claro.
  • Tipo Kabuli: es un garbanzo de tamaño mediano a grande, de forma redondeada y aspecto arrugado, con un color claro. Este tipo es el más cultivado en la zona mediterránea.

En España, la lista de variedades locales es realmente amplia. Aunque todas ellas se asientan sobre las bases de los tres tipos descritos, podemos mencionar:

 

  • Blanco lechoso: más característico de la zona de Andalucía. Gran tamaño, rugoso y color blanquecino pálido.
  • Castellano: el más sonado es el Fuentesaúco que cuenta demás con Indicación Geográfica Protegida de Zamora. Es de tamaño medio y un tono amarillo.
  • Pedrosillano: de pequeño tamaño, esta variedad es casi esférica. Aspecto liso y color anaranjado.
  • Chamad: es una hibridación del garbanzo castellano.
  • Venoso andaluz: típico de Granada, con forma alargada y de mayor tamaño.

 

Beneficios y propiedades de la planta de garbanzo

El garbanzo es rico en proteínas, almidón y lípidos en mayor proporción que otras legumbres. Pero sobre todo tiene un elevado índice de ácido oleico y linoleico, es decir, de grasas no saturadas que además carecen de colesterol. Además, el garbanzo nos aporta fibra y calorías.

 

En 100 gr de garbanzos obtenemos el siguiente aporte nutricional:

 

Agua: 8,1 %
Proteínas: 22,1 %
Glúcidos: 57,8 %
Grasa: 5 %
Fibra: 4 %
– Ceniza o sustancias minerales: 3 %

 

Esta legumbre, además, destaca por ser una gran fuente de hidratos de carbono de absorción lenta. Esto produce una asimilación gradual de la glucosa, evitando el desequilibrio de azúcar y proporcionándonos un aporte de energía constante.

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