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El zángano: la abeja macho en la colmena

El zángano o abeja macho es el individuo que tienen, dentro de la colmena, la función de fecundar a la abeja reina. No producen miel y no poseen aguijón.


El origen de la palabra zángano, proveniente del término árabe «zánzama«, es una onomatopeya que se refiere al sonido o zumbido que estos emiten. Los malteses, ocupados por los árabes desde el siglo IX hasta el siglo XV, llamaron zunzán al insecto zumbador que vivía en colmenas.


¿Qué es una abeja zángano?

Los zánganos son las abejas macho que viven dentro de la colmena, este tipo de abeja suele desarrollarse en una celda mucho más grande que las abejas obreras debido a su tamaño.

 

La abeja zángano nace a los veinticuatro días de la puesta del huevo. Su celda operculada se reconoce fácilmente porque sobresale y es mucho más abultada que la de las abejas obreras.

 

Número de machos o zánganos en una colmena

Ya que en las cámaras de cría los panales puestos por el apicultor son celdas de obrera, la cantidad de machos que nacen es limitada; pero cuando se suman los nacidos en varias colmenas, estos son suficientes para saturar esas zonas de fecundación de las abejas reinas.

 

En cambio, cuando las obreras construyen los panales en su totalidad en las épocas de mayor mielada es mucho más común que se encuentren una mayor cantidad de machos o zánganos.

 

En las épocas en las que el alimento dentro de la colmena es escaso, las obreras expulsan a los zánganos fuera, ocasionando que estos se mueran, razón por la que, en algunas colmenas con sobrepoblación o problemas de abastecimiento,es más habitual ver una menor cantidad de zánganos.

 

Fecundación de la abeja reina

La fecundación de la abeja reina por parte del zángano se produce durante el vuelo de fecundación, también llamado vuelo nupcial, que es repetido por las reinas en tres ocasiones, como mínimo, pudiendo llegar incluso a cinco oportunidades.

Estas copulan en pleno vuelo y muchas veces caen al pasto juntos. Al finalizar la copulación, el zángano muere porque se desprende de su aparato genital así como parte de su abdomen. Mientras que las reinas pueden copular con varios zánganos.

¿Cómo reconocer a un zángano?

Es muy fácil reconocer a un zángano atendiendo concretamente a cuatro características:

 

  • Los ojos son grandes, ocupando gran parte de su cabeza, y pueden ser observados desde la parte superior. Tienen mayor tamaño, su abdomen es rectangular y largo, así como robusto, y su vuelo es por ello bastante ruidoso.
    Gracias a sus grandes ojos, los zánganos tienen un mejor campo de visión, lo que los convierte, sin duda, en el miembro de la colmena que ve mejor. Esto se debe a que tienen que localizar a las hembras vírgenes durante el vuelo nupcial o vuelo de apareamiento.
  • Lengua: otra característica que podemos resaltar de la abeja zángano es su lengua; esta es muy corta, lo que les impide libar el néctar, teniendo que ser alimentados por las obreras.
  • Carecen de corbícula: los zánganos no tienen corbícula, especie de bolsa que sirve para almacenar, en su tercer par de patas y esto hace que no puedan transportar el polen o propóleos.
  • Falta de aguijón: Otra característica que resalta mucho es el hecho de que los zánganos no poseen aguijón, ya que no tienen función defensora como las abejas obreras.

Otras funciones del zángano

Aunque la principal función del zángano es fecundar a la reina, posee además otra tarea no menos importante. Los zánganos deben producir calor; para esto se colocan sobre las celdillas que contienen a las crías y liberan a las nodrizas, permitiendo que puedan desarrollar otras funciones como la recolección o limpieza de la colmena.

 

También reparten néctar y, de esta forma, contribuyen con la elaboración de la miel en los panales, a pesar de que no la producen ni la recolectan. Gracias a esto, la abeja macho resulta útil para las colmenas, más allá de su función reproductora.

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