La planta de mostaza o Sinapis alba

La planta de mostaza o Sinapis alba  

La planta de la mostaza proviene de la especie Sinapis alba, conocida popularmente como mostaza blanca. Se trata de una planta con muchas propiedades que no suele alcanzar un gran tamaño, ya que apenas supera los 75 centímetros de altura. Presentan unas inflorescencias racimosas con pequeñas flores de color amarillo intenso.  


Sin embargo, lo más conocido y cultivado de la planta de mostaza es, sin duda, las semillas. Las flores de la mostaza producen unas vainas vellosas, conocidas por silicuas, que pueden albergar hasta seis semillas cada una de ellas. 


Propiedades e ingredientes de la mostaza 

Es tal su antigüedad como planta medicinal, que la planta de mostaza aparece nombrada, incluso, en la Capitulare de villis vel curtis imperii. Esta orden dictada por Carlomagno, impone a sus ciudadanos la obligación de cultivar determinadas hierbas, entre las que se encuentra el “sinape” que, posteriormente, se ha asociado a la especie Sinapis alba. Otra de las grandes plantas recogidas en este documento es el hinojo o Foeniculum vulgare. 


La planta de mostaza nos aporta una gran variedad de nutrientes en todos sus componentes. No obstante, las semillas, a pesar de ser las más cultivadas, tienen un aporte mínimo debido, entre otras cosas, a su reducido tamaño. Si lo que buscamos es obtener todos los beneficios y propiedades que nos aporta la Sinapis alba, lo mejor es consumir tallos, hojas y flores. 


No son pocas las sustancias beneficiosas de la planta de la mostaza. Entre ellas destacan las siguientes: 


  • Vitaminas A, B y C,  
  • Calcio,  
  • Hierro  
  • Selenio,  
  • Potasio 
  • Fósforo 
  • Magnesio 

De dicha composición obtenemos sus propiedades antioxidantes, analgésicas y ansiolíticas, que nos ayudan a controlar nuestra tensión o reducir los síntomas de la menopausia.  


Cultivo de la planta de mostaza 

El cultivo de la planta de mostaza es muy sencillo, ya que es una especie que no es muy exigente con los cuidados que precisa. Para ello, sembraremos las semillas de mostaza y esperaremos a que la planta crezca unos 10 o 15 centímetros, antes de trasplantarla. Una vez que tengamos el plantón con el tamaño adecuado, podremos hacerlo.  


Lo ideal es respetar una distancia mínima de 20 centímetros entre plantones y de 30 centímetros entre las hileras. El sustrato deberá ser orgánico, con un alto drenaje que impida el encharcamiento. En cuanto a su ubicación, la planta de mostaza prefiere zonas de semisombra o de sol directo, siempre que no se superen los 30 º C. Las temperaturas óptimas para lograr el mejor desarrollo se sitúan por encima de 18º C y por debajo de 27º C. 


Cuando la planta alcance los 30 o 40 centímetros, o 50 o 60 días aproximadamente, podremos empezar a cosechar las hojas de la planta de mostaza. Esta recolecta debe iniciarse desde la parte baja de la planta, de manera que permitamos que continúe creciendo sin perder vigor.  


Si lo que queremos son las semillas, entonces tendremos que esperar al otoño o verano para ello. Cuando las flores caigan y las vainas queden descubiertas, podremos retirarlas con cuidado para extraer las semillas que se encuentran en su interior. 


Diferencia entre planta de mostaza blanca y planta de mostaza amarilla 

Es muy habitual referirse a la mostaza como mostaza blanca o mostaza amarilla, pero lo cierto es que no se trata de dos especies diferentes. Sencillamente se le atribuye indistintamente dos nombres para referirnos a la misma planta: Sinapis albis (nombre científico correcto) y Brassica alba. Con independencia del nombre utilizado, la planta a la que nos referimos es la misma: planta de mostaza. 


La mostaza en el embarazo 

Durante el embarazo se suelen hacer una serie de prohibiciones y recomendaciones alimentarias para garantizar la salud tanto de la madre como del bebé. Entre estas instrucciones está el hecho de no poder consumir alcohol.  


A diferencia de lo que sucede con la Chirivía y siempre que hablemos de consumir la mostaza en forma natural, no deberíamos tener ningún problema. Sin embargo, existen algunas recetas de mostaza que incluyen en su elaboración vinos o vinagres que fruto de la fermentación llevan consigo un bajo porcentaje de alcohol. Es en estos casos en los que no se debe consumir bajo ningún concepto, ya que esto afecta negativamente a la salud.  

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