ojos abeja

Cómo ven las abejas y cuantos ojos tienen

¿Cuántos ojos tiene una abeja? ¿Cómo ven las abejas? Si nunca te has hecho ninguna de estas preguntas, hoy es el día perfecto para ello. El sistema de visión de estos pequeños insectos es un mecanismo de lo más sofisticado.

Su forma de ver el entorno que los rodea es muy distinto a cómo lo vemos los humanos. Las abejas son capaces de percibir los colores ultravioletas, invisibles al ojo humano, y, en cambio, no pueden percibir el color rojo.


Aunque lo cierto es que esto depende, en realidad, de la especie de abeja de la que estemos hablando. Por ejemplo, la abeja negra canaria produce una miel de tajinaste rojo que es muy codiciada. Las flores de esta planta son de un intenso color rojo que las abejas de la zona sí son capaces de percibir. Lo mismo sucede con las abejas de hábitos nocturnos, que son capaces de distinguir los distintos colores en la oscuridad de la noche para obtener su alimento. El único caso documentado al respecto es el de la abeja carpintera india, cuyo nombre científico es Xylocopa tranquebarica. Esta abeja es propia de zonas tropicales y subtropicales del sur de Asia.


Por tanto, responder a la pregunta “cómo ven las abejas” depende mucho de la especie de la que estemos hablando. Pero si nos centramos en la Apis mellifera podemos mencionar una serie de particularidades realmente asombrosas.


¿Cuántos ojos tiene una abeja?

Para entender con exactitud cómo se produce la visión en las abejas, debemos empezar por saber cuántos ojos tienen las abejas. La Apis mellifera posee 5 ojos; de los cuales, dos son ojos compuestos ubicados en la parte lateral de su cabeza, y tres, llamados ocelos, localizados en el centro de la cabeza, por encima de los ojos compuestos. 

 

Los dos ojos compuestos son de un tamaño mucho mayor y están formados por unas 6.000 unidades ópticas simples. Estas unidades, llamadas omatidios, captan únicamente una diminuta porción del campo visual. Estos omatidios mandan la porción de imagen al sistema nervioso central para formar una única imagen en mosaico, formada a partir de los pequeños puntos. Sin embargo, curiosamente, la imagen formada no es nítida, ya que las abejas necesitan aproximarse a una distancia de 5 centímetros de los objetos para percibirlos.


Por su parte, los ocelos son considerados los ojos primitivos de las abejas. Paradójicamente, estos ocelos no perciben ningún tipo de imagen, únicamente son capaces de percibir la intensidad de la luz, incluida la polarizada. Esto les permite, entre otras cosas, localizar la ubicación exacta del sol, lo que juega un papel muy importante para la orientación. Precisamente, la capacidad que tienen para captar la intensidad de la luz solar les ofrece la posibilidad de calcular el tiempo que les queda para volver a la colmena antes de que anochezca.


¿Cómo ven las abejas?

Gracias a su visión, las abejas son capaces de percibir una gama de colores que se extiende desde el color ultravioleta (300 nanómetros) hasta el amarillo- anaranjado (650 nanómetros). Incluso pueden llegar a percibir ciertos picos de luz ultravioleta azul y verde.


A pesar de la sensibilidad tan elevada que tienen en los ojos las abejas, no son capaces de percibir el color rojo, ya que este se encuentra por encima de los 650 nanómetros. De hecho, el color rojo lo perciben igual que si se tratara del color negro. En cambio, el ojo humano es capaz de captar una gama de colores que va desde los 400 nanómetros hasta los 750 nanómetros.

A la vista del ojo humano, los pétalos de las flores pueden parecer de un único color uniforme. Sin embargo, cuentan con distintas tonalidades de color ultravioleta que van cambiando de intensidad a medida que se acercan al lugar en el que se almacena el polen. De este modo, y dado que las abejas son capaces de percibir los colores ultravioletas, son capaces de detectar con mayor facilidad el polen de las flores.   

 

flor ultravioleta abejas

Igual de importante es la velocidad de vuelo a la hora de percibir los colores. Cuando las abejas están volando a gran velocidad son incapaces de ver los colores. Únicamente lo harán cuando se encuentren lo suficientemente cerca. En ese momento, la abeja comenzará a dar vueltas alrededor de la flor hasta percibir todos y cada uno de los colores que componen los pétalos. 

 

Las abejas también son capaces de percibir prácticamente de la misma forma los movimientos realizados con mucha rapidez. Son capaces de captar el movimiento con claridad como si fuese a cámara lenta, lo que les da una ventaja enorme de cara a los vuelos nupciales o el éxito de un enjambrazón.  

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