Lista de plantas melíferas: Significado y tipos

¿Qué son las plantas melíferas?

Las plantas melíferas son aquellas que especies que por sus características son visitadas con frecuencia por los polinizadores y, especialmente, por las abejas. De hecho, su nombre ha sido heredado precisamente de esta especie de abeja, gran productora de miel, denominada Apis mellifera.   La palabra “melifera” procede del latín, «mellĭfer» el que produce miel. A su vez, esta palabra está formada por el término «meli» que significa miel y del sufijo «fero», proveniente también del latín «fer» o «fĕri», cuya raíz es «fērre» y que significa «el que contiene o produce”. Por tanto, nos encontramos con un término que refiere a aquel que contiene o produce miel, según hablemos de planta o abeja.   Una planta melífera suele poseer ciertas características que la hacen fácilmente identificable para las abejas. Por ejemplo, sus flores suelen ser de mayor tamaño y poseen colores muy vistosos. Además, suelen poseer un olor agradable y potente que es captado con facilidad por las abejas, de manera que puedan detectarlas desde distancias realmente lejanas.  

¿Cuáles son las plantas melíferas?

La lista de plantas melíferas es realmente amplia y se extiende a todo el mundo. Pero en España existen algunas especies que se llevan el título por excelencia. Y no sólo eso, el FEGA (“Fondo Español de Garantía Agraria”) ha identificado 10 especies que por su cantidad de néctar y polen han sido reconocidas dentro de la Política Agraria Común. Su cultivo permite al agricultor el acceso a determinadas ayudas de la PAC dentro del programa del Pago Verde. La lista de plantas melíferas del FEGA son las siguientes:  

• Pimpirigallo (Onobrychis hispanica),
• Veza (Vicia sativa),
• Esparceta (Onobrychis viciefolia),
• Cilantro (Coriandrum sativum),
• Caléndula silvestre (Calendula arvensis),
• Colza (Brassica napus),
• Mostaza blanca (Sinapis alba),
• Mostaza amarilla (Diplotaxis virgata),
• Salvia de los prados (Salvia pratensis)
• Colleja (Silene vulgaris).

Pero estas no son las únicas que existen, ya que hay otras especies que crecen de forma salvaje y que no han sido señaladas por el FEGA que también tienen un alto valor melífero. Es el caso de:  

• Actinidia deliciosa (KIWI): la abeja melífera es la principal polinizadora de esta especie.
• Aesculus hippocastanum (CASTAÑO DE INDIAS): muy empleado como especie ornamental, es muy visitado gracias al alto contenido de néctar y polen.
• Arbutus unedo (MADROÑO): aunque es una planta muy interesante para las abejas, la forma de sus flores y el hecho de que florezca casi entrado el invierno, dificulta la recogida de néctar y polen por parte de las abejas.
• Borago officinalis (BORRAJA): las abejas buscan su néctar, pero no su polen, prefiriendo el de otras especies.
• Brassica napus (NABO): conocida su miel como miel de colza (cuya variedad se corresponde con esta planta) no es muy apreciada por su fuerte y, a veces, desagradable olor y sabor. Sin embargo, la proporción de néctar que produce es muy elevada.
• Bupleurum fruticosum (ADELFILLA): es más habitual su cultivo que la forma asilvestrada.
• Ferula communis (CAÑAHEJA): gracias al número tan elevado de flores que ofrecen unas cantidades ingentes de néctar, es una planta melífera profundamente apreciada por las abejas.
• Buxus sempervirens (BOJ): aunque sus flores no cumplen con exactitud lo de flores vistosas, lo cierto es que en aquellos lugares en los que abunda, suponen una gran parte de la dieta de las abejas.
• Calluna vulgaris (BRECINA): es muy visitada por el polen de color rosa, que ofrece una miel rojiza. Muy consumida en la zona norte.
• Castanea sativa (CASTAÑO): de forma similar a la encina, el castaño produce el llamado “mielato” y en cierta época suele presentarse como la única fuente de alimento para la colmena.
• Ceratonia siliqua (ALGARROBO): la miel de algarrobo se caracteriza por un color, aroma y sabor suaves.
• Cistus albidus (JARA BLANCA): gracias a sus múltiples estambres ofrece una gran cantidad de polen.
• Cistus ladanifer (JARA PRINGOSA): es uno de los recursos principales, allí donde se encuentra, de la colmena.
• Cistus laurifolius (JARA DE HOJA DE LAUREL): en la línea del resto de jaras, destaca por su gran cantidad de polen.
• Cistus salvifolius (JAGUARZO MORISCO): aunque importante, lo es menos porque no suele crear extensos matorrales.
• Citrus sinensis (NARANJO DULCE): su miel es muy apreciada por sus cualidades y su gran sabor anaranjado.
• Citrus limon (LIMONERO): destaca por su alta calidad y producción de néctar y polen, convirtiendo su miel en algo especial.
• Clethra alnifolia (CLETRA): debido a que es una especie más destinada a fines ornamentales, su aportación a la producción de miel es más limitada.
• Erica aragonensis (BREZO ROJO): es una de las especies que más aporta al sector de la apicultura. Gracias a las grandes extensiones que suele ocupar.
• Erica cinerea (BREZO CINEREO): tiene gran presencia en el norte de España, concretamente en Asturias, por su gran extensión y su accesibilidad para las abejas.
• Erica umbellata (BREZO UMBELADO): al igual que el resto de las variedades del Brezo, es una gran planta melífera.
• Eriobotrya japonica (NÍSPERO DEL JAPÓN): en su país de origen tiene gran importancia para las abejas, sin embargo, en España, dado su cultivo ornamental, el impacto es menor.
• Eucalyptus globulus (EUCALIPTO): destaca por su rica producción de polen y néctar.
• Hedera helix (HIEDRA): es uno de los grandes recursos otoñales para las abejas. Esta planta melífera es responsable en gran parte de la conocida como “invernada”.
• Helianthus annuus (GIRASOL): aunque es muy apreciada por las abejas, no lo es tanto para los consumidores por su textura y la facilidad con la que cristaliza.
• Heliotropium arborescens (HELIOTROPO): esta especie destaca sobretodo por su fuerte perfume, principal reclamo para las abejas que lo visitan.
• Lavandula dentata (ESPLIEGO DENTADO): es tan codiciada por las abejas como por las personas, ya que produce una miel cremosa con un sabor muy agradable y afrutado.
• Lavandula latifolia (ESPLIEGO): suele formar parte de la dieta de las abejas en época tardía, cuando ya escasean otras fuentes de alimentación.
• Lavandula stoechas (CANTUESO): de gran importancia para el sector apícola, su miel, muy apreciada, suele variar en función de las condiciones del suelo, ambientales, etc.
• Myrtus communis (MIRTO): variedad que ofrece una miel muy suave con un sabor ligeramente mentolado.
• Philadelphus coronarius (CELINDO): aunque se cultiva principalmente con fines ornamentales, sigue siendo muy visitada por las abejas.
• Quercus rotundifolia (ENCINA): tiene gran importancia en la primavera, pero también en la época otoñal gracias a la mielada que produce. De hecho, es una de las protagonistas de la llamada «miel del bosque«.
• Robinia pseudoacacia (FALSA ACACIA): es una planta con un extraordinario polen, muy apreciada en países del este de Europa.
• Rosmarinus officinalis (ROMERO): gracias a que tiene una larga floración y la calidad de su polen, es una planta melífera de gran valor. La miel de romero es muy apreciada.
• Rubus ulmifolius (ZARZAMORA): su valor reside en ser una de las especies que siguen aportando polen y néctar en pleno verano.
• Rudbeckia nitida (RUDBEKIA): capta la atención de las abejas gracias al potente color amarillo de sus flores.
• Taraxacum officinale (DIENTE DE LEÓN): es una planta con un gran aporte de miel y polen, muy visitada por las abejas allá donde se encuentra.
• Thymus mastichina (TOMILLO BLANCO): esta planta melífera es visitada por las abejas incluso cuando la corola de su flor ha caído.
• Thymus vulgaris (TOMILLO): la miel de tomillo es una de las más apreciadas que, además, posee cualidades tónicas.
• Tilia platyphyllos (TILO): aunque el polen no es su principal reclamo, sí lo es el néctar y el mielato que produce.
• Ulex europaeus (TOJO): esta especie es una de las fuentes de alimentación de las abejas en época invernal.
• Vaccinium myrtillus (ARÁNDANO COMÚN): es visitada tanto por su néctar como por su polen, caracterizado por su color rosa apagado.
• Vitis labrusca (VID AMERICANA): aunque la vid no es muy visitada por las abejas, cuando no existe otra fuente de alimentación llegan a aprovechar incluso los jugos de las uvas picadas por otros insectos, como las avispas.